El mundo ha crecido en dirección virtual. A nivel terrenal, las fronteras de lo habitable fueron conquistadas a golpe de construir un finito espacio material, cuyo límite son los recursos con los que se cuenta. Es imposible avanzar más allá. No se puede crear con aire una estructura o herramienta con la que influir en el ambiente. Los materiales cobran vital importancia. La dureza, consistencia, flexibilidad y rigidez son variables de distintos objetos que pueblan los lugares en los que nos desenvolvemos.
¿ es posible un mundo ajeno al tacto? ¿ es posible un mundo sin aromas?
Agotados los recursos con que expandir la frontera del hábitat, surgió la Alquimia del siglo XXI en un aparato del siglo XX, que conectado con un cable a la red, logra un crecimiento exponencial de un nuevo espacio llamado “virtual”. Es en ése lugar que no queda en ningún lugar, donde la gente se encuentra con los demás.
Ésta noche cené en una mesa en la que éramos casi veinte. Muchos no nos conocíamos, ya que veníamos de un evento de formación sobre nuevos medios de comunicación. La web 2.0 y la empresa fue el tema principal. Muy interesante, ya que la organización del taller incluye la posibilidad de interactuar y conocer a los demás participantes. Terminar todos en un restaurante fue un buen final.
En la mesa hablando un poco con unas y con otros, me encontré en varios momentos de la velada, con la chica a mi izquierda y el chico a mi derecha conectados con el teléfono, abstraídos en conversaciones en sus redes durante un buen rato. Luego a esta chica haciéndole un comentario vía whatsapp a la amiga sentada enfrente sobre lo que dijo otra persona. Teniendo mi Tablet a mano, de vez cuando lo abrí contagiado por la actitud de los demás, para cerrarlo casi al instante, ofendido con mi decisión. Cómo es posible encerrarse de esa manera, estando en una mesa con tan variada compañía, algunos interesantes otros no tanto, pero teniendo la posibilidad de comunicarnos mirándonos a las caras, identificando expresiones, descubriendo miradas, sonrisas, carcajadas, rumores, furias, gritos, exclamaciones, aplausos, cantos y demás cosas de la vida en el mundo que nos tocó vivir.
Una palabra me resulta muy interesante para hacer pensar sobre las posibles consecuencias:
Disgenesia (artículo Wikipedia)
La disgenesia se utiliza para indicar una reducción en la presión de la selección natural en el hombre actual. El hombre primitivo vivía en un ambiente hostil y poco confortable, conviviendo de cerca con la posibilidad de la extinción, hecho que se traducía en una selección natural extremadamente rigurosa, que mantenía una baja frecuencia de genes nocivos y promovía una adaptación cada vez más precisa a su ambiente. Con el desarrollo de diferentes tecnologías (desde la confección de abrigos hasta transplante de órganos) el humano pasó a adaptar el ambiente a sus preferencias en lugar de adaptarse biológicamente a él. El resultado fue una distensión de la selección natural y un aumento de la variabilidad genética, ya que muchos genotipos inviables en tiempos primitivos ahora tienen posibilidades de supervivencia y reproducción (por ejemplo, miopes y diabéticos hubieran tenido poca probabilidad de supervivencia hace 50000 años). Esto hace que esas características aumenten su frecuencia fenotípica.
¿es posible un momento evolutivo en que perdamos la facilidad de comunicación cara a cara?
Hay dos películas muy interesantes en las que abordan el tema en versión futurística:
“Los sustitutos” con Bruce Willis http://www.youtube.com/watch?v=aPr0KtlvC_M (tráiler)
En ella la humanidad vive abstraída en un sistema de sustitutos cibernéticos, donde el humano se conecta desde el sofá de su casa a la red desde la que lleva a cabo su vida en el mundo “fuera de casa”, mediante la presencia de un androide que lo representa ante los demás.
“Matrix” con Keanu Reeves http://www.youtube.com/watch?v=nL5kq0rfbBk (tráiler)
En ella la humanidad ya no existe como la conocemos. El mundo que recordamos sólo es posible ser vivido en la red, conectados a la máquina, que modela una realidad falsa pero deseada por el usuario, que demanda el confort de una vida normal, para seguir dormido alimentando a las maquinas.
Hablar, sonreír, sentir, estar acompañado, es tan importante como respirar a cada rato. Perdernos la emoción de vivir un mundo habitado por seres vivos nos extinguirá.
Consejo: apaga la máquina y "Welcome back to the real world"
Consejo: apaga la máquina y "Welcome back to the real world"
JFCI.-
3 comentarios:
La chica de la izquierda te da la enhorabuena por tus reflexiones.
Gracias. Encantado.
Nos gusta siempre ponernos el disfraz y protegernos a través de una pantalla, un móvil... no es lo mismo decir un te quiero a través de un mensaje que a la cara y mirando a los ojos. Bueno, espero que no dejemos perder estas sensaciones aunque como tú dices vamos en camino.
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