Tal vez su apertura sea brusca y sin bienvenida, por lo que tendrá que luchar para poder entrar y aún más por permanecer dentro.
También puede suceder que una alfombra roja le reciba antes de entrar, las puertas se abran de par en par, suenen trompetas anunciando su llegada y la recepción esté acompañada de un banquete.
Este último caso, tan bien venido, es cercano al legado de generaciones y está íntimamente ligado a la herencia. No tiene ningún mérito.
A quien le ha costado entrar y luchó por su lugar, atravesando un umbral poco amigable, hoy le toca sacar pecho y estar satisfecho por haber ganado su puesto dentro. Al abrigo del oscuro y violento mundo exterior.
Tanto uno como otro, una vez dentro, vivirán apasionados por pertenecer, que es mucho más elevado que sólo permanecer. Esa necesidad de identidad les quitará mucho tiempo de vida, que dedicarán a afianzar ese sentido de pertenencia material.
Héroe es quien ante una puerta cerrada, sin esperanza de apertura en el tiempo, crea un plan maestro entorno a su persona, tal que con paciencia y mucho cráneo, seduce a quienes dentro se regocijan en su opulencia, para que lo inviten a pasar.
Una vez dentro, este guerrero de la vida, es capaz de hacer crecer y mejorar el espacio interior. Incluso sus empresas contemplan la construcción de nuevas puertas en las que cambiar la política de admisión. Es líder nato y le importa una mierda la pertenencia material. No se conformó con quedar fuera. No se conformará con sólo seguir dentro.
JFCI.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario