¡Estás nominad@!

Gran Hermano nos enseñó que no hay lugar para todos.
Cada cierto tiempo alguien tiene que abandonar la casa y quedar fuera del sistema.
También enseña a ser voyeurista de temas sumamente intrascendentes, que se ramifican en una gran variedad de especialidades amarillistas, culos de silicona y labios de colágeno.
Dicha telaraña televisiva combinada con alcohol y/o ansiolíticos y sedentarismo, crea un ser nuevo totalmente autómata, cuya mente no es ningún peligro para el status quo.
Es importante tener al rebaño entretenido e ignorante, ya que "cada vez hay menos cosas que hacer y más máquinas que lo hacen"
Sería terrible que el rebaño de repente empiece a pensar. El sistema colapsarla.
Y luego ¿qué haríamos con tantas máquinas?


                                                                                                                                              JFCI.-

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