No tiene mérito alguno la vida acomodada,
producto de sangre derramada por los antepasados.
No es un Real ejemplo exhibir un estilo ultra exclusivo,
producto de sangre derramada por aquella espada.
Muy Noble el que saca pecho, quema la herencia
y deja volar su sangre, roja por nuevas batallas.
Sin necesidad de Proteccionismo Plebeyo,
el Príncipe es quien marca un principio...
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